Reflexiones

     Los cambios que estamos viviendo en la educación nos exigen retos en todos los ámbitos,  por un lado incursionar en la sociedad del conocimiento, innovar nuestras estrategias de enseñanza y por otro,  evaluar de manera congruente con el enfoque por competencias. 

    El portafolio, pese a ser un instrumento de evaluación de antaño,  se transforma de acuerdo a las demandas tecnológicas; entre los beneficios de realizarlo de forma electrónica está la incorporación de solicitud de comentarios y sugerencias de mejoras para las evidencias, establecer canales de comunicación efectiva y eficaz con mis pares y con mis alumnos,  romper con el recelo de exhibir mi trabajo y creer en el éxito de la interacción y comunicación.

     La elaboración de este portafolio electrónico para mí ha representado un desafío,  salir de la zona de confort en la que me encontraba en cuanto a la instrumentación y seguimiento de evaluación de los procesos de enseñanza y de aprendizaje.  Ahora tengo la oportunidad de estructurar mi trabajo, proyectarlo y mejorar mi intervención docente para crecimiento profesional y logro de los aprendizaje de mis alumnos. 

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Esta es una invitación a retroalimentar mi Portafolio electrónico